Totalmente inesperado, cuando me di cuenta, estaba ahí. Mirándome fijamente a los ojos y taladrando mis defensas. Una a una las vi caer.
Un par de días me bastaron para reponerme del asombro. No entiendo como pasó, pero que bueno que así fue. En estas cosas, mi habilidad para predecir el futuro brilla por su ausencia, "esto no puede estar mal", me decía con una sonrisa a mi mismo, y estaba dispuesto a ponerlo todo.
Ella llegó a otra conclusión.
Me voy a engañar.
No importan las razones, la única que puedo tolerar, por ahora, es que no era el momento correcto.
- Su Señoría, hemos llegado a un acuerdo.
- Y bien, ¿cuál es el veredicto?
- En el caso de la vida versus ... inocente. (a.k.a. un idiota)
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